NEUROFISIOTERAPIA
Trastornos y enfermedades del Sistema Nervioso Central y Periférico.
La Fisioterapia es la disciplina que da años a la vida.
Ante un problema en el Sistema Nervioso nuestro objetivo será siempre mejorar la calidad de vida de la persona.
ICTUS - ACV - TCE
ICTUS
Accidente CerebroVascular
Traumatismo CraneoEncefálico
Producen daños permanentes en áreas o regiones cerebrales.
El objetivo de la rehabilitación es generar nuevas conexiones neuronales para recuperar funciones cerebrales que han sido dañadas.
Fase Aguda: Desde el primer momento, una vez que es seguro para el paciente, se debe iniciar la rehabilitación lo más precozmente posible. Sabemos que la mayor ventana terapéutica está en los 6 primeros meses tras la lesión. Es el momento en que el cuerpo tiene mayor capacidad de crear nuevas conexiones para sustituir las perdidas.
Fase crónica: ¿Y tras los 6 meses, ya no hay capacidad de mejora? Sí, sí la hay pero no se ven avances tan grandes como en los 6 primeros meses. Siempre merece la pena, (tras una buena valoración y fijando objetivos claros), intentar recuperar calidad de vida y autonomía.
Enfermedades Neuromusculares
Producen daños en el sistema nervioso que afectan a funciones del cuerpo.
Dependiendo de la naturaleza de la Enfermedad estas funciones serán o no recuperables.
En caso de que lo sean, la finalidad de la rehabilitación será recuperarlas lo antes posible y de la mejor manera.
En caso de no ser recuperables la rehabilitación irá enfocada a mejorar las capacidades funcionales que estén presentes y frenar, en la medida de lo posible, el avance del deterioro funcional.
Ejemplos de Enfermedades Neurodegenerativas en que se ha demostrado que la Fisioterapia tiene una función importante:
Esclerosis Múltiple
Parkinson
Alzheimer
Distrofia muscular
Guillain-Barré
Charcot-Marie-Tooth
Miotonías
ELA
NEUROPATÍAS
La neuropatía periférica, una consecuencia del daño a los nervios periféricos. a menudo causa debilidad, entumecimiento y dolor, generalmente en las manos y los pies.
La neuropatía periférica puede ser el resultado de lesiones traumáticas, infecciones, problemas metabólicos, causas hereditarias y exposición a toxinas. Una de las causas más comunes es la diabetes.
Siempre ha de tratarse la causa principal de la neuropatía. Muchos casos pueden beneficiarse ampliamente de una intervención complementaria fisioterapéutica. En los casos de lesiones traumáticas o compresivas la fisioterapia puede evitar la opción quirúrgica.
Algunos ejemplos de neuropatías que tienen buen resultado con un tratamiento conservador:
Síndrome del desfiladero torácico
Síndrome del túnel del carpo.
Síndrome del pronador.
Síndrome del m. piramidal.
Atrapamiento del nervio peroneo.
Meralgia parestésica.
El tratamiento se basará en ejercicios neurodinámicos y técnicas de neuromodulación.
Estenosis de canal
Es un estrechamiento del canal espinal debido a cambios morfológicos, que produce una compresión de los elementos neurales, médula y raíces nerviosas. Puede afectar a uno o varios niveles vertebrales.
El síntoma más característico de la estenosis lumbar es la claudicación intermitente. Otros síntomas pueden incluir dolor (que baja o no por las piernas), pérdida de movilidad o parestesias (sensaciones de calambre, hormigueo…) o debilidad.
El diagnóstico se hace mediante resonancia magnética (RMN). Una vez confirmado el diagnóstico el abordaje del tratamiento puede ser conservador o quirúrgico.
Dentro del tratamiento conservador, la fisioterapia tiene un papel fundamental en la disminución de los síntomas, siempre teniendo en cuenta que se trata de una patología crónica. En función de la intensidad y la gravedad de los síntomas, puede ayudar a retrasar y, en ocasiones, evitar la cirugía.
La rehabilitación debe centrarse en movilizaciones y ejercicios. El trabajo neurodinámico del canal medular y de los nervios periféricos de los miembros afectados son esenciales para mejorar la capacidad de adaptación de los tejidos a su posible compresión o elongación.
Si se opta por la cirugía, debe realizarse un programa rehabilitador. En primer lugar debe tratarse la cicatriz para evitar adherencias y pérdida de movilidad. También se debe realizar ejercicio terapéutico para recuperar fuerza, movilidad y evitar la hipersensibilización de la zona tras la operación.
Parálisis Facial (periférica)
La parálisis facial es un síndrome que afecta al nervio facial produciendo debilidad y parálisis temporal de los músculos de la cara. El origen puede ser inflamatorio o compresivo, debido a traumatismos, infecciones, tumores, etc.
Cuando se produce tras una daño en el Sistema nervioso central (ICTUS, ACV, TCE) el origen y tratamiento son diferentes.
Los síntomas varían mucho dependiendo de la persona y del alcance de la lesión del nervio:
Ausencia de movilidad voluntaria de los músculos de la mitad de la cara afectada.
La boca caída hacia abajo y hacia el lado afectado.
Dificultad para cerrar el ojo.
Ausencia de lágrimas y saliva.
Sequedad en ojos y boca.
Ausencia de gusto en la parte anterior de la lengua del lado afectado.
Dolor facial.
Dolor en el oído ante ruidos fuertes.
Ausencia de sensibilidad en el conducto del oído.
El tratamiento fisioterapéutico se basa en la recuperación de la conductividad nerviosa mediante técnicas de neuromodulación, neurocognoscitivas, sensitivas y reeducación motora.
Los medicamentos más utilizados son los corticoesteroides, con efecto antiinflamatorio, y antivirales cuando la causa de la parálisis sea vírica.
Hernias Discales
Las vértebras de la columna están separadas por discos. Estos discos amortiguan la columna vertebral y dejan espacio entre las vértebras. Los discos permiten el movimiento entre las vértebras (para agacharse y estirarse).
El disco se puede salir de su lugar (herniarse) o romperse a causa de una lesión o distensión. Cuando esto sucede, puede haber presión sobre los nervios raquídeos. Esto puede llevar a que se presente dolor, entumecimiento o debilidad.
El tratamiento en raras ocasiones es quirúrgico.
La rehabilitación debe centrarse en movilizaciones y ejercicios. El trabajo neurodinámico del canal medular y de los nervios periféricos de los miembros afectados son esenciales para mejorar la capacidad de adaptación de los tejidos a su posible compresión o elongación.